
Las creencias son convicciones que una persona tiene por verdaderas, independientemente de que existan o no pruebas concretas que las respalden. Dan forma a nuestra percepción del mundo e influyen en nuestros pensamientos, comportamientos y decisiones. Las creencias pueden ser conscientes o inconscientes y suelen estar influidas por la cultura, la educación y las experiencias personales y sociales.
Los valores son principios o pautas de comportamiento que reflejan lo que es importante para una persona. Guían nuestras elecciones y acciones, actuando como una brújula interna que dirige nuestro comportamiento y prioridades. Los valores suelen ser más estables y duraderos que las creencias, y sirven de base para nuestras creencias y actitudes.
En psicología, las creencias y los valores se consideran componentes esenciales de la identidad y el comportamiento humanos. Se estudian para comprender cómo influyen en la motivación, las emociones y las acciones de las personas.
En coaching, las creencias y los valores se exploran para ayudar a los clientes a identificar y superar barreras internas, alinear sus acciones con sus objetivos y desarrollar una vida más coherente y satisfactoria.
¿Por qué existen las creencias y los valores?
Las creencias y los valores existen para ayudar a los seres humanos a encontrar sentido al mundo y a navegar por las complejidades de la vida. Proporcionan un marco para interpretar las experiencias, tomar decisiones e interactuar con los demás. Desde un punto de vista evolutivo, las creencias y los valores son cruciales para la supervivencia y la cohesión social, pues ayudan a los individuos a adaptarse al entorno y a colaborar con otros miembros del grupo.
Las creencias y los valores se forman mediante una combinación de influencias biológicas, psicológicas y sociales:
- Biológicas: La genética y la neurobiología pueden predisponer a determinadas actitudes y comportamientos. Por ejemplo, la estructura y la química del cerebro influyen en cómo procesamos la información y reaccionamos ante distintas situaciones.
- Psicológico: Las experiencias personales, especialmente en la infancia, tienen un impacto significativo en la formación de creencias y valores. Las interacciones con padres, profesores y figuras de autoridad moldean nuestras percepciones de lo que está bien, mal, es importante o irrelevante.
- Social: La cultura, la religión, los medios de comunicación y los grupos sociales también desempeñan un papel crucial en la formación de nuestras creencias y valores. La socialización continua refuerza y a veces desafía estas creencias y valores a lo largo de la vida.
Principales características de las creencias y los valores
- Creencias:
- Flexibilidad: Pueden cambiar con nueva información y experiencias.
- Influencia en el comportamiento: Determinan cómo interpretamos los acontecimientos y tomamos decisiones.
- Conscientes e inconscientes: Algunas creencias son claras y están articuladas, mientras que otras operan de forma subconsciente.
- Valores:
- Estables: Suelen ser más estables y duraderos.
- Fundamentales: Sirven de base para nuestras creencias y actitudes.
- Motivadores: Influyen en nuestros objetivos y prioridades a largo plazo.
Impacto de las creencias y los valores en la vida personal y profesional y en las relaciones
- En la vida personal:
- Positivamente: Las creencias y valores positivos pueden fomentar la autoestima, la resiliencia y el sentido de finalidad. Ayudan a las personas a afrontar los retos y a mantener la motivación.
- Negativamente: Las creencias limitadoras y los valores mal ajustados pueden provocar autosabotaje, ansiedad y baja autoestima. De este modo, pueden impedir el crecimiento personal y la realización del potencial.
- Vida profesional:
- Positivamente: Las creencias y los valores alineados con la misión y los objetivos de la empresa pueden aumentar la productividad, la satisfacción laboral y la cohesión del equipo. Valores como la integridad, la innovación y el trabajo en equipo son cruciales para el éxito profesional.
- Negativamente: Las creencias disfuncionales, como el miedo al fracaso o la necesidad de perfección, pueden provocar agotamiento e ineficacia. Los valores en conflicto con la cultura de la empresa pueden provocar desmotivación y una elevada rotación.
- Relaciones:
- Positivamente: Las creencias y valores compartidos refuerzan los vínculos interpersonales, fomentando la confianza y la comprensión mutua, además de facilitar la comunicación y la resolución de conflictos.
- Negativamente: Las diferencias significativas en creencias y valores pueden dar lugar a malentendidos y conflictos. Los valores contradictorios suelen minar la confianza y obstaculizar la colaboración.
Cómo las creencias y los valores influyen en nuestras vidas
- Autosabotaje: Las creencias limitadoras como «no soy lo bastante bueno» pueden obstaculizar el progreso personal y profesional, creando un ciclo de autosabotaje.
- Motivación: Las creencias positivas como «Puedo aprender y crecer» aumentan la motivación y la persistencia ante los retos.
- Toma de decisiones: Los valores sirven de criterio para tomar decisiones importantes. Alguien que valora la honradez, por ejemplo, puede tomar decisiones difíciles para mantener su integridad.
- Relaciones interpersonales: Los valores compartidos promueven relaciones sanas y duraderas, mientras que las creencias discrepantes pueden causar tensiones y conflictos.
En conclusión, las creencias y los valores son los fundamentos de nuestra identidad y comportamiento. Conforman nuestra percepción del mundo e influyen en todos los ámbitos de nuestra vida, desde las decisiones personales hasta las interacciones profesionales. Comprender y alinear nuestras creencias y valores puede ayudarnos a vivir de forma más auténtica y plena. En coaching, explorar y cuestionar las creencias limitadoras y alinear las acciones con los valores fundamentales son pasos cruciales para promover el crecimiento y el éxito.
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